Remolino de melodías
- lourdescalero
- 2 mar 2018
- 1 Min. de lectura
Llevo todo el día tarareando esta canción y es que...no, no puedo vivir sin música.
Oigo música dentro de mi cabeza, en mi interior, en cualquier momento. Remolino de melodías.
Mi cerebro se activa.
Porque para mi la música es un ser vivo, un ser vivo donde cada obra tiene su propia vida.
Me fijo en ella, me detengo y la contemplo. Lo que simplemente era sonido, se transforma en una obra de arte, en un medio de expresión, en manantial de belleza.
La música es música si hay alguien que la escuche.
Escuchar llama a escuchar, la atención llama a la atención. Sólo la atención transforma los órganos sensoriales en fuentes de sentimientos, de ahí que sea absolutamente necesario tener la atención dispuesta a ponerse a trabajar en el momento preciso.
Escuchar música requiere inevitablemente la aportación de ese mínimo trabajo de atención, acaba saliendo solo. Se acostumbra la mente y el cuerpo.
Escuchar música y escribir parara mi es una especie de ejercicio sin más pretensiones. Una parte de mi, sale, sin más... La única diferencia es que a veces mis palabras quedan plasmadas en hojas de libretas, folios o incluso servilletas que acaban sus días en el contenedor...
Sin adentrarme en lo positivo y en la historia de la música, esta vez quería dedicarle un pequeño espacio a esta expresión tan fabulosa que, junto a la escritura, logra transmitirme de manera inmediata diferentes sensaciones. Ese complejo sistema de sonidos, melodías y ritmos que se ha ido descubriendo.
Porque la música permite canalizar esos sentimientos y hacer que la persona crezca en su sentimiento.
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