Ciudadanos del mundo
- lourdescalero
- 14 sept 2017
- 2 Min. de lectura

En mi forma de escribir, no podían escuchar mi acento. La poesía, la pintura y mis miradas eran mis formas...
Gusta hablar como habla la gente importante y burlarse o criticar al que habla de forma diferente. Pero esta es una cuestión social, de educación y respeto; no hay nada inherentemente mejor o peor en ninguna de las variedades.
Hablo andaluz, sí. Nací en Andalucía. No quiero tampoco envolverme ventajistamente en la blanca y verde, ni entregarme a un ejercicio de amor hiperbólico al terruño ni a estridencias identitarias que nos encierren en una endogamia excluyente. Tampoco me sumerjo en impostaciones o sobreactuaciones. Soy andaluza, vivo en Cataluña y no creo en banderas ni en políticas, ni siquiera en el concepto de país, pues en este mundo no deberían de existir fronteras.
Ciudadano del mundo al final es todo aquel que aprende a desarrollar comprensión y empatía hacia las culturas y hacia las minorías tanto étnicas, como raciales o religiosas que habitan en el seno de su propia cultura. De esta forma es necesaria una educación que responda a esta solicitud, que no es otra que una educación multicultural; una educación capaz de sensibilizar sobre nuestra pertenencia a una misma humanidad compartida por todos, comprometidos con la humanidad. La forma que debe de adoptar es una educación liberal, o lo que es lo mismo 'socrática'. Solo a través de la educación se puede sensibilizar a todos de nuestra pertenencia a una misma humanidad, y por ende, de nuestro compromiso moral para con ella.
El acento en todas sus formas es nuestro modo de comunicarnos y transmite nuestra historia, nuestras raíces. Porque si sabemos escucharlo,nos aportará cultura y conciencia social. Por ello, debemos estar orgullosos de nuestros acentos, y evidentemente, respetar el de los demás.
Por una educación transformada a los valores compartidos. Por una educación que fomente el cuidado activo del mundo de aquellas personas con quienes lo compartimos. Por una educación más allá del aprender, empotre a todas las personas para construir sociedades pacíficas, protegiendo a nuestro planeta. Porque nuestra agenda empieza por la educación, el primer camino hacia la dignidad.
Por el respeto, por la igualdad.

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